4 Consejos para relajar la espalda y dormir mejor

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El dormir mal produce una serie de reacciones en nuestras vidas fuera de lo normal, cualquier cosa nos irrita, trabajar nos cuesta la vida y no vemos el lado positivo de las cosas.
Demasiado tiempo delante del ordenador, conducir seguidamente más tiempo del recomendado, no tener actividad física y el exceso de estrés son algunos de los culpables de nuestro insomnio.
Despertares a media noche, vueltas sin fin en nuestra cama y cualquier cosa nos despierta después del trabajo que nos ha costado conciliar algo de sueño.
A continuación te dejamos algunos trucos e ilustraciones muy útiles para erradicar nuestra falta de sueño y aportar un poco de felicidad a nuestro día a día. Estos consejos los puedes llevar a cabo directamente en tu cama y son recomendables para cualquier persona independientemente de la preparación física.
1. Postura de liberación del viento
A través de esta postura vamos a reducir la tensión acumulada en nuestra columna vertebral especialmente en la zona baja y la cadera en a penas unos segundos. Con esta postura, además estaremos apoyando el correcto funcionamiento de nuestro intestino, así que también es recomendable practicarla por la mañana.
¿Cómo lo hacemos?
- Nos acostamos de espaldas y nos relajamos.
- Doblamos nuestras piernas.
- Vamos a respirar profundo y estiramos los brazos hacia adelante mientras sujetamos las rodillas.
- Cuando vayamos a exhalar, abrazamos las piernas y las pegamos al vientre.
- Respiramos lentamente, concentrándonos en el funcionamiento del diafragma. Mientras respiramos,separamos las piernas del cuerpo, y una vez exhalamos, las acercamos de nuevo. Conserva la posición durante 8-10 inhalaciones: durante más o menos 1 minuto.
2. Piernas sobre la pared
Esta postura va a provocar que nuestras piernas y espalda descansen, nos abre el pectoral y permite que llenemos los pulmones de oxígeno antes de descansar.
¿Cómo lo hacemos?
- Ponemos próximo a la pared o la cabecera de la cama una almohada o cojín.
- Nos acostamos sobre ella, juntamos los glúteos a la pared o la cabecera, y subimos las piernas sobre la pared.
- Ahora extendemos los brazos a ambos lados y abrimos nuestro pectoral. Relájate y respira lenta y profundamente. Mantendremos la postura durante al menos 1-2 minutos y después bajamos las piernas.
3. Ondulación en los músculos internos de la columna
Este ejercicio nos va a ayudar a conseguir un elevado nivel de relajación de nuestra espalda, nuestro misión será trabajar los músculos internos de la columna que se encuentran bajo las capas superiores.
¿Cómo lo hacemos?
Paso № 1:
- Nos tumbamos de espaldas y pon debajo de la espalda baja y el cuello alguna toalla enrollada o algo similar que nos ofrezca cierta comodidad.
- Movemos nuestros pies de un lado hacia otro, lentamente, sin hacer demasiado esfuerzo. A la misma vez mueve la cabeza hacia ambos lados sin que cuello ni espalda hagan demasiado esfuerzo. Puedes dirigir los movimientos hacia el mismo lado o lados contrarios, como os sintáis más cómodos.
- Siempre intenta hacer todo esto con la máxima relajación para que sientas todo el ejercicio hacer efecto en nuestra columna. Efectúa este ejercicio durante al menos 1 minuto.
Paso № 2:
- Acuéstate boca abajo, pon debajo de la frente una almohada o una toalla, estira los brazos a lo largo del cuerpo, apóyate con los dedos en la cama.
- Mueve los pies a los lados e intenta sentir cómo la ola se transmite a todo el cuerpo relajado. Haz estos movimientos durante 1 minuto.
4. Shavasana
Si consigues hacer este ejercicio bien, Morfeo te estará esperando con sus brazos abiertos para dormir 8 horas sin interrupción.
¿Cómo lo hacemos?
- Nos tumbamos de espaldas y abrimos levemente las piernas, mientras que dejamos nuestras palmas de las manos mirando hacia arriba. A continuación ponemos debajo de nuestra cabeza y cuello una toalla enrollada, cojín o el filo de una almohada.
- Nos relajamos completamente de pies a cabeza y hacemos 20 ciclos de respiración. Lentamente hacemos nuestras respiraciones más extensas hasta respirar con normalidad. ¡Pero aún no te duermas!
- Poco a poco sentirás como todo lo que te rodea se desvanece y tu cuerpo está tan relajado que parece que estas flotando. Es entonces cuando nos arropamos un poco y echamos a dormir.