El estatus social nos provoca estrés

persona estresada

Investigadores suizos han hecho un descubrimiento de lo más curioso, ya que afirman que el estatus social provoca en muchos casos estrés crónico afectando al metabolismo energético de nuestro cerebro el cual actúa de biomarcador predictivo del estatus social de cualquier persona.

 

Este estudio se ha llevado acabo en la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL) y viene a demostrar que nuestro cerebro puede ser perfectamente capaz de detectar nuestro estatus social a la misma vez que puede hacernos más sensibles a padecer estrés crónico.

Este metabolismo del que hablamos, puede indicarnos que esta situación de estrés acabe derivando en depresión. Este trabajo se ha publicado en la revista Current Biology, al menos así podemos leer en la información de un comunicado.

Trabajando con ratones

Para conseguir resultados, los expertos trabajaron con unos ratones muy especiales (especie C57BL), que se suelen mostrar más vulnerables al estrés y son parecidos genéticamente.

raton experimentos

Después de llevar a cabo varias investigaciones con ratones se concluyó que después de ser expuestos a experiencias de fracaso social, algunos ratones padecían situaciones de estrés y depresión, mientras otros vivían sin agobios y tenían normales comportamientos sociales.

La novedad en este estudio es que han conseguido identificar patrones de vulnerabilidad a partir de síntomas que se han desarrollado mientras estaban expuestos a momentos de estrés, y no antes.

El experimento

Los ratones fueron agrupados en equipos de cuatro y colocados en diferentes cajas para ser expuestos a patrones de actuación y condiciones de otras especies de ratones, con el fin de de apartar cualquier factor genético o trauma sufrido en el nacimiento.

Para sorpresa de los investigadores, lo primero que detectaron fue a los individuos dominantes y subordinados de cada grupo.

Más tarde se dieron cuenta de que estos individuos que ejercían de dominantes, sufrían episodios de estrés, siendo culpable el posicionamiento social tan fuerte. Por el contrario, los ratones subordinados vivían sin ningún estrés y dan muestras de resilencia (término psicológico; capacidad para superar situaciones traumáticas o de dificultad).

También se realizaron pruebas a través de resonancia magnética nuclear, hecho que evidenció la relación directa entre el estatus social y esta vulnerabilidad al estrés de la que hablamos.

Concretemente, estas pruebas indicaron que los subordinados que no padecían estrés mostraban niveles menores de metabolitos en relación con los ratones dominantes, aunque después de exponerlos a situaciones de estrés crónico, sus niveles de metabolitos energéticos fueron superiores en los subordinados e inferiores en los dominantes.

Proyección clínica y utilidad

Se trata de un estudio pionero ya que muestra con certeza y de forma no invasiva los factores de riesgo y los biomarcadores que procesan el estatus social, así cómo también diversos comportamientos provocados por depresión o estrés.

Este descubrimiento contribuye en la progresión de investigaciones relacionadas con los mecanismos que producen este tipo de afecciones y a la capacidad de resilencia. Todo esto a nivel experimental.

En cuanto a nivel clínico, según los expertos, con este estudio se demuestra que el metabolismo energético que se produce en el núcleo accumbens, constituye un biomarcador en potencia de la vulnerabilidad al estrés en las personas, lo que es muy trascendental a nivel social ya que vivimos en una sociedad jerarquizada.

El núcleo accumbens es una región del cerebro humano que está vinculado a los sistemas de recompensa psicológicos y a la motivación.

Conclusión

Gracias a este estudio, coge fuerza la idea de que una persona pierda estatus social es más importante en la depresión que la misma subordinación social. Es de crucial importancia estudiar si realmente el estatus social de un individuo es capaz de ofrecer datos de estados de ansiedad o depresión, cuando una persona es expuesta a situaciones de estrés de carácter no social.

Este proyecto va a servir para que los investigadores valoren en un futuro el interés de realizar intervenciones médicas sobre el metabolismo energético de nuestro cerebro, con el fin de ayudar a aquellas personas que son más vulnerables al estrés.

1 comentario

  1. Pues claro que el estatus social provoca estrés, y depresión y falta de confianza en uno mismo y pérdida de la autoestima… estamos condicionados totalmente por el mundo en el que vivimos… si eres una persona que no cumple las expectativas marcadas socialmente (tener unos estudios, un trabajo, tener vida social y una pareja, tener un estatus mediano-alto, etc) sientes que no eres igual de feliz que los demás porque te faltan aún cosas por conseguir. Lo que no sabemos es que la felicidad se alcanza sin tener todo lo mencionado anteriormente, puedes tener trabajo pero no pareja y eres igual o más de feliz que alguien que tiene ambas cosas.

    En definitiva, esta sociedad nos tiene ahogados.

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