Enfermedad de Ménière, diagnosticar y tratar

mareo dolor de cabeza

Los dos síntomas clásicos de la enfermedad de Ménière son episodios de mareo y pérdida auditiva, por lo que puede afectar considerablemente no sólo la vida social, sino también la productividad comprometiendo la calidad de vida en general.

Conviene que los afectados se empapen de la mayor cantidad de información posible, así como también ser parte de grupos de apoyo en los que consigan apoyo, recursos y estrategias que le permitan afrontar su condición.

¿Qué es la enfermedad de Ménière?

Es el término por el que se conoce al trastorno del oído interno caracterizado por episodios de vértigo agudo y pérdida de la audición; normalmente afecta un solo oído, manifestándose sin importar la edad. Sin embargo, son los adultos de edad mediana, los más propensos a su desarrollo.

Si bien es considerada una enfermedad crónica, la enfermedad de Ménière cuenta con distintos tratamientos que contribuyen a paliar sus síntomas y disminuir el impacto a largo plazo dentro de la vida cotidiana del paciente.

¿Cuáles son los síntomas de la enfermedad de Ménière?

Flujo de la enfermedad de Ménière

Como se comentaba, la sintomatología o señales que alertan sobre la presencia de la enfermedad son los episodios frecuentes de vértigo y la pérdida intermitente de la capacidad  auditiva; el paciente, experimenta la constante sensación de estar girando sin razón aparente y en espacios de 20 minutos a varias horas – en ocasiones, se acompaña de náuseas – en principio, la disminución de la audición va y viene, hasta que se torna permanente en la mayoría de los casos.

Por otra parte, el afectado suele sentir congestión auditiva, es decir, que su oído está tapado o presionado con aire; del mismo modo, es común lo que se conoce como acúfenos, que no es más que la percepción de un campañilleo, rugido, zumbido o silbido en la cavidad auditiva.

Causas de la enfermedad de Ménière

Pese a tantos estudios, aún se desconoce el origen de la enfermedad; no obstante, atendiendo a sus síntomas, las hipótesis sugieren que es el resultado de una cantidad anormal de líquido – endolinfa – en el oído interno. El problema, es que este líquido es afectado por distintos factores desde anormalidades anatómicas hasta obstrucciones que impiden su adecuado drenaje.

Igualmente, incide sobre el mismo, predisposiciones genéticas, respuesta inmune anormal e infecciones virales, por lo que de no identificarse una única causa, cabe la posibilidad de que la patología sea consecuencia de la fusión de distintos detonantes.

Diagnóstico de Ménière

Por tendencia, es la exploración otorrinolaringológica la prueba diagnóstico que confirma la existencia de la enfermedad; abarca todo el sistema vestibular, basándose en el estudio de un fenómeno reflejo con el que se mide el funcionamiento de las conexiones entre el mismo, los núcleos de los movimientos oculares y el cerebro.

Debido a lo recurrente de la enfermedad, existen pruebas diagnósticas adicionales que, de igual forma, detecta la presencia de la patología; entre ellas se destacan las aceleraciones rotatorias, la prueba calórica y la posturografía dinámica, siendo esta última una de las más novedosas y sin margen de errores.

¿Cómo se trata la enfermedad de Ménière?

En la actualidad, no existe cura para la patología; aunque ciertos tratamientos funcionan en la reducción de la frecuencia de los episodios de vértigo, nada puede hacerse respecto a la pérdida de la audición.

Medicamentos como diazepam o meclizina, reducen la sensación de mareo contrarrestando la gravedad del episodio de vértigo, mientras que para las náuseas, los médicos suelen recetar prometazina. No se descarta la administración de fármacos diuréticos que reduzcan la retención de líquidos y la necesidad de disminuir el consumo  de sal.

Posibles complicaciones

La interrupción inesperada de la calidad de vida es la principal complicación de la enfermedad, pues los episodios impredecibles de vértigo y la posibilidad de pérdida auditiva permanente afectan el desenvolvimiento del paciente y su productividad, generándole además fatiga y estrés. A ello se le suma que los mareos, tienden a ser causa habitual de caídas y accidentes.

 

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