Mastoiditis, causa y tratamiento
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De origen bacteriano, la mastoiditis es una de la apófisis mastoides o hueso mastoideo del cráneo, el cual se localiza en la parte posterior del oído, normalmente a consecuencia de una otitis media aguda sin tratamiento oportuno; secreción, fiebre y mucho dolor, son algunos de sus síntomas clásicos, demandando la administración de antibióticos para su curación, y en el peor de los escenarios, una cirugía.
¿Qué es la Mastoiditis y cuáles son sus causas?
Por lo general, la mastoiditis es consecuencia directa de la falta de tratamiento o trato inadecuado de una otitis media aguda, ya que la infección alcanza la apófisis mastoides, es decir, el hueso que circunda al oído medio.
Se le atribuye su origen a bacterias neumocócicas, quienes invaden el hueso mastoideo una vez que se trasladan a este desde el oído; debido a que la estructura del mismo tiene forma de panal, es sencillo que se llene de materiales infectados, terminando dañado en poco tiempo.
Aunque en el pasado fue una de las principales causas de muerte infantil – población que resulta más vulnerable – hoy en día es una afección poco frecuente y menos peligrosa, siempre que se trate correctamente, pues de lo contrario, es capaz de provocar septicemia – infección de la sangre – sordera, meningitis o abscesos cerebrales capaces de comprometer la vida del paciente.
¿Cuáles son los síntomas de la mastoiditis y cómo se diagnostica?
La sintomatología clásica de la condición depende de la intensidad con la que la infección se disemine y destruya la parte interna del hueso mastoideo; en líneas generales, tarda entre unos días y semanas tras presentar la otitis media aguda.
Debido a que se trata de una infección, el principal indicio de la mastoiditis es la fiebre, inflamación y enrojecimiento de la piel que recubre la apófisis mastoides; asimismo, se acompañan de acumulación de pus, formación de un absceso, secreción profusa y dolor agudo fuera y dentro del oído, el cual se torna persistente y pulsátil a la par que comienza a agudizarse la pérdida auditiva.
Pruebas y exámenes
Luego de la aparición de los síntomas, lo conveniente es realizar un examen de la cabeza que descarte anomalías en el hueso mastoideo, entre las pruebas diagnóstico más frecuentes sobresale la tomografía computarizada del oído o de la cabeza, aunque en algunos casos, basta con un cultivo del drenaje del oído para detectar la presencia de las bacterias responsables de la condición.
¿Cuál es el tratamiento de la mastoiditis?
La administración de antibióticos es el tratamiento común de la mastoiditis, estos pueden ser suministrados vía intravenosa u oral – en el primer caso, la ceftriaxona, y en el segundo ciprofloxacina – con ellos, se ataca en la infección mientras son esperados los resultados del cultivo de laboratorio que determinen el fármaco idóneo a utilizar.
Otro aspecto relevante del tratamiento de la mastoiditis es la importancia de ser constantes en el tratamiento, sobre todo cuando es oral, a fin de evitar complicaciones, recordando que el descuido suele ser la principal causa de daños severos.
Si bien los antibióticos suelen ser efectivos, sólo serán útiles si no se ha formado un absceso en el hueso, pues de ser así, el paciente demandará una mastoidectomía – o drenaje quirúrgico en el que se extraer parte del hueso mastoideo dañado.
Expectativas y posibles complicaciones de la mastoiditis
Pese a tratarse de una condición tratable, la mastoiditis puede resultar complicada de tratar y con mucha tendencia a reaparecer, dando lugar a complicaciones que incluyen mareo o vértigo, parálisis facial, destrucción del hueso mastoideo, meningitis, absceso epidural y pérdida parcial o completa de la audición; del mismo modo, la infección puede diseminarse al cerebro o todo el cuerpo.