¿Qué ocurre cuando dejamos de fumar?

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Cuando un fumador piensa en dejar de fumar se puede hacer una ligera idea de los beneficios que puede encontrar a partir del momento en el que lo deja, pero probablemente no sabe hasta que punto le puede ayudar a mejorar su salud a largo plazo.
A continuación vamos a analizar en qué medida afecta positivamente a tu salud el paso del tiempo una vez has abandonado el tabaco.
20 minutos después
- Aunque parece increíble, 20 minutos después del último cigarro tu tensión arterial disminuye hasta llegar a valores normales y la frecuencia cardíaca se normaliza.
8 horas después
- Tu cuerpo elimina la nicotina que circulaba en la sangre y los valores de monóxido de carbono y oxígeno vuelven a la normalidad. Es entonces cuando se pronuncia el estado de irritabilidad y la ansiedad.
48 horas después
- Baja considerablemente la posibilidad de sufrir un infarto cardíaco y tus sentidos del gusto y olfato recuperan su efectividad.
2-3 semanas después
Tu circulación mejora considerablemente y las funciones pulmonares se incrementan hasta un 30%. La ansiedad no ha desaparecido completamente pero poco a poco queda atrás.
1-3 meses después
Desaparece la tos, la congestión nasal y la fatiga tan molesta. El número de afecciones respiratorias descienden.
6 meses después
Gran mejoría en las funciones circulatorias y respiratorias a la vez que la dependencia psíquica hacia el tabaco es casi inexistente. Tu piel recupera su brillo natural y su elasticidad.
1 año después
Cuando llevas un año libre de humos la amenaza de padecer una insuficiencia coronaria ya ha descendido a un 50% menos que cuando fumabas y podemos hablar de ser ex-fumador ya que las posibilidades de recaída a estas alturas son muy bajas.
5 años después
La posibilidad de que padezcamos una enfermedad cardíaca es casi igual a la de una persona no fumadora a la vez que el riesgo de que muramos causa de una enfermedad pulmonar es de la mitad.
10-15 años después
Tu cuerpo esta completamente desvinculado de aquella época en la que fumabas y se siente como si nunca hubiese fumado y lo más importante, el riesgo de padecer cáncer de pulmón está muy cercano al de aquellos que nunca han fumado.